Okhlos: la libertad en tiempos de la turba iracunda

Una concepción antigua de lo individual (hoy extraña para nosotros) nos ayuda a entender qué es la libertad y de dónde sale, mientras que todos los elementos de esta ecuación yuxtapuestos nos llegan en la forma de un juego reciente.

Videojuego: Okhlos (Coffee Powered Machine, 2016)
Podcast
: Democracia ateniense en Linterna de Diógenes (17 de marzo de 2013)
Locución: Bernardo Souvirón

Transcripción

La libertad individual es difícil. Es difícil de definir, a mi juicio, en un contexto… en un contexto, digamos, político, ¿no? Por supuesto que la libertad individual– Es que, vamos a ver: para los griegos hay una enorme diferencia entre lo que podríamos llamar hoy día la individualidad, y la libertad.

La individualidad surge, por supuesto, cuando alguien descubre que es un individuo, una cosa que no es tampoco connatural con el ser humano. Por ejemplo, esto es– En Homero es imposible entender que una solución pueda ser individual. Las soluciones todavía son el clan, el genos, la familia, la asamblea del ejército… pero ni siquiera Agamenón, ni siquiera Aquiles, cuando se enfada con Agamenón y va a sacar la espada, puede hacerlo, porque la diosa Atenea le detiene el brazo, ¿no? Es decir, los hombres son juguetes en manos de los dioses.

Ahora bien, en un momento dado eso cambia, y empiezan a sentirse como individuos. Claro, ¿cómo se conjuga el individuo, es decir el yo individual, con lo que nos rodea? Pues se conjuga y se armoniza a base de un equilibrio, ¿no? Un equilibrio que es, de un lado, social, porque es cómo– cómo consigo yo equilibrar mi propia persona con las demás que habitan en mi ciudad, y ese es el origen de la política. Ese equilibrio es el que da origen a la política. Y también, el equilibrio entre yo mismo y el mundo que me rodea, no desde el punto de vista político-social, sino desde el punto de vista natural.

Y eso, eso es la base, ¿no?, de todo sistema humanístico, ¿no? De todo sistema humanístico en el sentido literal del término, eso que decíamos al principio, ¿no? Bueno, pues ese equilibrio es la libertad.